La misión de la Fraternidad en la Iglesia
La llamada de Dios conlleva siempre una misión específica confiada por la Iglesia.
Consagrándonos, la Iglesia nos confía una misión:
- Ser testimonio de fe en la vida eterna;
- Ser signo de la Iglesia en espera del retorno de Cristo, su Esposo;
- Afirmar la perennidad de un amor conyugal arraigado en Cristo;
- Ser signo de resurrección, en la vida diaria;
- Interceder por este mundo en el cual estamos sumergidas en especial por las familias.